1000 Conciertos

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

#31 SEAL. Estudios Television, Calle Alcala, Madrid



Edu Salas 01/10/2003

Rozando La Perfección
Seal (Londres, 1963) trajo ayer a España su magia. El cantante desplegó todas sus artes para realizar algo que no había hecho nunca: dar concierto exclusivo en Madrid para Los 40 Principales y 40 TV. Un lujo al alcance de unos pocos privilegiados. El británico, gentil, humilde, sensible, dicharachero, romántico y perfeccionista, venía a presentar su nuevo disco, Seal IV, con el que ha roto un silencio de un lustro y ha vuelto a sus raíces tanto musicales como emocionales.
No fue un recital al uso. Seal era el invitado especial de Sira Fernández y Frank Blanco dentro del programa Lo+40, por lo que tuvo que ceñirse a un guión preestablecido. Así son las cosas del directo. Sin embargo, el show no deslució en ningún momento, todo lo contrario. Get it together, el tema soul que abre su cuarto disco y en el parece resucitar al malogrado Curtis Mayfield, sirvió de avanzadilla de algo grande.
Cortejado por cinco músicos, muchos de ellos viejos amigos, Seal y sus compañeros de escenario rozaron la perfección en cada una de las diez canciones que interpretaron. La primera parte de la velada estuvo compuesta por cinco temas, tres de ellos nuevos: Get it together, My vision (una melodía que Seal coescribió con Jakatta y que se incluyó en una versión más bailable en su álbum debut, Visions -2002-) y Love?s divine, la balada de aires gospel que se convertirá en el segundo sencillo de Seal IV. Para las otras dos hizo un salto en el tiempo. Rememoró Kiss from a rose (con la que ganó 3 Grammy en 1995) y Crazy, canción que le encumbró en 1991.
Se acabaron las interrupciones. En cuanto terminó el programa Lo+40 -Seal estuvo en directo durante la última hora del espacio-, retomó el show para ofrecer cinco temas más. Uno de las favoritos del arista, Waiting for you, toda una joya del rhythm & blues, inauguró la segunda tanda de una tarde/noche especial, única y mágica. El blues sinfónico Don?t make me wait demostró la enorme calidad de su música y la perfecta compenetración de sus músicos. Para la íntima y personal Don?t cry -de su segundo disco, editado en 1994- prefirió estar solo en el escenario, acompañado de su guitarra acústica.
El sueño estaba a punto de llegar a su fin. Prayer for the dying, el sencillo de presentación de Seal (1994) y la rompedora Future love paradise, probablemente su canción más negra de su debut, hicieron despertar a los asistentes a tan especial e irrepetible cita con el nuevo rey del soul británico, que prometió volver a España para tocar en directo en los próximos meses, probablemente en febrero de 2004.
El universo sonoro de Seal es denso y complicado y llevarlo al directo no es tarea fácil. Así, es normal que muchos de los sonidos que imprime a su música estuvieran pregrabados. La combinación de éstos con los instrumentos en vivo crea un mundo en el que máquinas y seres humanos conviven a la perfección, algo que ha aprendido de su mentor, Trevor Horn. Seal dejó claro que no es un producto de estudio y que es capaz de que sus canciones, en directo, suenen con los mismos detalles y la misma calidad que en sus discos. Algo que no todos los artistas logran.

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